
En esta época de desinformación, de tantas noticias virales y a propósito del juego “La Ballena Azul” , que ha generado preocupación entre la comunidad, queremos informar, más que alarmar a los padres de adolescentes, acerca del uso de las redes sociales y su posible relación con la depresión y el suicidio en los jóvenes.
Una de las situaciones que hacen vulnerables a nuestros hijos a las amenazas en las redes sociales tiene que ver con el inicio de la adolescencia, donde se presentan un sin número de cuestionamientos con respecto a la vida.

La adolescencia se asocia con una mayor sensibilidad al rechazo de los pares, a la no aceptación por modelos sociales y en ocasiones se ve marcada por la presencia distante de los padres, lo que puede llevar a un detrimento de la autoestima y del sentido de la vida.
Además los jóvenes que pasan por esta etapa, se ven enfrentados a una gran cantidad de cambios físicos, hormonales y mentales, que por lo general los lleva a refugiarse en las redes sociales en busca de alivio o de poder entender qué les pasa y así compartir con otros desde el anonimato parcial que da la virtualidad y encontrar eco a los pensamientos que los atormentan.
Es así como los adolescentes pueden verse poco a poco envueltos en cuadros depresivos que pueden pasar desapercibidos y a los que en ocasiones se les resta importancia con frases como: “es que la adolescencia es muy dura”, “él es así y se le va pasar”, “es que esos gustos extraños de los adolescentes solo los entienden ellos”.
¿Qué hacer?
Es por eso que debemos estar muy alertas y seguir estas recomendaciones que pueden ayudarnos a detectar alteraciones de ánimo y a disminuir el riesgo de conductas auto-lesivas:
1
Mantén abiertos los canales de comunicación:
Escucha a tus hijos sin emitir juicios de valor, sin juzgarlos, mostrando interés por entender, comprender y compartir los gustos del menor. Entre más cercanos estemos a sus gustos, más fácil podemos entenderlos. No se trata de estar de acuerdo, pero sí de procurar comprender que en la gran mayoría de los casos, son temas que pasan por modas o etapas y entre más tabú, rechazo o aversión mostremos, mucho menos nuestros hijos querrán compartirlos con nosotros.

2
Favorece la autoestima y la autoreflexión:
Pregunta a tu hijo su opinión sobre la información y favorece procesos reflexivos frente a la misma, guiándolo a que él mismo saque conclusiones y respuestas.

3
Proporciónale información veraz y confiable sobre los temas de interés:
Puedes apoyarte de sus profesores, personal de educación y de salud para encontrarla.

4
Favorece el contacto de tu hijo con una persona en la que él confíe:
Esto permite que él se exprese abiertamente con alguien cercano y responsable, y así sabrás si requiere ayuda adicional o no.

5
Estar atento a los cambios de comportamiento:
Irritabilidad, tristeza permanente, ánimo bajo persistente, disminución del interés por actividades que antes le gustaban, aislamiento social y baja autoestima.

Lo más importante: ante cualquier duda consulta con un profesional de la salud mental, un consejo a tiempo puede evitar un mal desenlace.

Me gustó. Soy sicóloga y valoro información sin drama.
Hola Beatriz muchas gracias. El drama no tiene que estar dentro de nuestra profesión, debemos dar consejos con veracidad que aporten a las vidas de nuestros pacientes.
Excelente artículo Farid.
Esperanza muchas gracias, lo más importante es compartir información con nuestros pacientes que sean valiosos para su diario vivir.